Mensaje de prueba general

El hombre mayor halagada de forma reiterada a su servidor, quien parecía muy feliz por ver sus rostros deleitarse con las bebidas y postres que él les brindaba, si no fuera porque consumía gastos y materiales Carlo les daría a probar todas y cada una de sus creaciones, es un amante de la cocina y satisface los paladares de quien le guste probar su comida como era el caso con su esposa y su hijo a quien les cocinaba con mucho aprecio.

El hombre mayor comenzó a ordenar de una forma impulsiva, Carlo no lo juzgo, al contrario, observó y anotó en su cabeza cada uno de los pedidos que Kazuma Yudai ordenaba de una forma profesional, aunque su hablar fuera caótico. Cuando este terminó él asintió con su cabeza y sin decir nada se giró hacia las cafeteras para preparar el cappucino.

El café que necesitaba no estaba preparado con anterioridad. Sin ninguna prisa, sacó una cafetera de uno de los cajones que se situaban bajo la barra de adelante, oculta a la vista de los comensales y yendo hacia la barra trasera, levantó su brazos hacia un cajón diferente de las vajillas, donde guardaba los muchos tipos de café. Tomó uno de un paquete azul oscuro y lo puso sobre la superficie, tomó la cafetera limpia y le agregó un poco de agua y del paquete puso un poco de café en polvo dentro de ella y así, la puso en una de las maquinas que estaban allí.

Mientras la cafetera se preparaba para calentar otro tipo de café, se giró para continuar el hilo de la conversación que habían hecho los dos con respecto a su hijo, por un lado el hombre mayor preguntó por el pequeño y el como podrían ser compañeros de clase con la hija de él, y la joven soltó un conocido refrán en un sentido humorístico, Carlo ante los dos continuó inexpresivo.

- En efecto, él es mi hijo, tal vez conozca a su hija, algunas cosas están ligadas al destino. Dijo el dueño del lugar en respuesta a la afirmación de Kazuma. Luego de ello, sin mover su cuerpo respondió a la muchacha. - Debo admitir que él es más como mi esposa, al menos en su forma de ser, es mucho más extrovertido pero sabe comportarse en un lugar público Dijo el dueño del lugar con cierto orgullo, incluso pareció esbozar una muy mínima sonrisa en su boca que desapareció al instante.

Dejando aquella jarra calentando, se dispuso a ir por los postres que había mencionado, uno de ellos dejado a libertad por Carlo el cual pensaba en algo que pudiera acompañar aquel Cappucino. Levantó la puerta de la barra para salir donde estaban las estanterías de cristal el cual mostraban aquellos deliciosos aperitivos.

- Con su permiso, volveré en breve. Dijo el hombre mientras se dirigía hacia los estantes, sus zapatos resonaron por el suelo de madera acompañado de las voces distantes de los comensales de las mesas. Estando frente a los postres, tomó aquellas pinzas de acero y una canasta de mimbre, allí puso un postre similar al que les había llevado con anterioridad y adicional a este, un postre de otro sabor, un volcán de chocolate que solamente puede ser preparado por el mismo Carlo y solo habían dos en el mostrador dada su dificultad de perfección. Con mucha suavidad lo tomó y lo puso en la cesta para dirigirse a la cocina y así, decorar tan valioso postre para él.

El volcán de chocolate es famoso por su exquisito olor y su textura, cuando se abre el chocolate en su interior se derrama como la lava de un volcán creando una sensación de placer con solo mirarlo. Su textura es esponjosa y delicada y su sabor inigualable a pesar de solo tener unos cuantos ingredientes. Carlo lo sabía hacer a la perfección, como cocinarlo y revolver la mantequilla con el chocolate.

Puso aquel preciado postre en un plato de la misma vajilla, y poniéndolo allí hizo un decorado con mermelada de fresas y frambuesa y poniendo ambos postres en una bandeja de plata los llevó a la barra.

Pasando las puertas del lugar, puso ambos postres encima de la barra trasera. Levantó su brazo para tomar un Mug, su tamaño era considerable, casi tan grande como su mano estirada, su forma era el de un trapecio y su color era similar al de la vajilla que guardaba para la barra, de color crema con toques de café dispersos entre oscuro y claro. Allí vertió el café a la mitad. Tomó de un cajón bajo la barra trasera una galleta circular en forma de bombom, también tomó una pequeña bolsilla llena de tiras muy pequeñas y finas de chocolate.

Tomó aquel Mug medio lleno de café express para dejarlo a un lado de la barra y con otro recipiente vertió leche caliente en él para ponerlo en una cafetera, el barista comenzó a girar aquel liquido con un extraño instrumento de acero en forma de cilindro, muy delgado, allí comenzó a crear burbujas brindadas por el mismo vapor que salía del recipiente, un vapor de agua que desaparecía en el aire dando un aroma a leche fresca. Calculando en su mente el tiempo que tardaba en calentar la leche con el vapor, tomó el café express que estaba en el Mug y comenzó a revolverlo con el instrumento de acero, luego vertió allí la leche preparada. Se pudo ver como aquel liquido blanco se fundía con el café y una ligera espuma comenzaba a crecer, quedando una nube de leche por encima.

La leche ahora tenía una textura cremosa y la espuma permaneció allí, fija, sin bajar ni ser absorbida por el café caliente. Carlo puso con mucho cuidado aquel bombón en el centro, y con aquellas tirillas de chocolate adornó la espuma con un aro alrededor de la galleta que permaneció flotando en la espuma.

Carlo puso el Cappucino en la misma bandeja de aquellos postres y se la pasó al caballero.

- Espero que disfrute de su orden. Dijo el dueño del lugar mientras volvía a la barra trasera para guardar cada elemento que había sacado con el fin de preparar tal bebida italiana. El paquete de tirillas de chocolate, el recipiente donde calentó la leche, el instrumento de acero para revolver los líquidos y dejó la cafetera de café express en su lugar. Todo quedó en perfecto orden.

Cuando el barista volvió a su lugar, la joven llamó la atención de Carlo quien comenzó a hablar de una forma algo tímida e insegura, preguntó sobre poder trabajar en el lugar, su servidor asintió con la cabeza y seguidamente respondió a sus palabras.

- No tienes porqué apenarte, actualmente estamos necesitando personal...Dijo el dueño del lugar, haciendo una pausa de unos segundos volvió a retomar su respuesta - ...si quieres trabajar con nosotros puedo darte el empleo dependiendo de tus habilidades. Tenemos trabajo como cocinero y mesero únicamente..

Carlo se mantuvo atento ante alguna palabra de sus dos comensales de la barra, por una parte esperando la respuesta de la muchacha que esperaba un empleo allí y por otro lado, el que alguno de ellos dos ordenara un nuevo pedido, después de todo, para eso estaba él allí, esperando en la posición que le correspondía.

Tirada de dados *3*

El miembro 'Cronista de Gensokyo' ha efectuado la acción siguiente: Dados

#1 '1D10' : 9, 8

--------------------------------

#2 '2D10' : 20

--------------------------------

#3 '1D10' : 9, 7, 8, 5, 5

--------------------------------

#4 '2D10' : 15, 8

--------------------------------

#5 '1D10' : 2, 6, 3, 5, 7, 3

Prueba de smilies